El cielo de mi paso se extiende,
las luciérnagas colgadas son faroles que me rodean,
fuera de los túneles de hierro
los árboles de la calma respiran
sin la simiente del sofocante tedio,
entonces el agua germina por tus piernas
de la corriente fluye tu cuerpo
y en el oasis frágil y húmedo de un beso
nos calamos los labios con
gotas tersas y blancas de vida
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